miércoles, 7 de octubre de 2015

Un año más vieja

La semana pasada fue mi cumpleaños, 42 añazos ya, y me siento más mayor que nunca.  Donde se han quedado todas las energías que tenía?. Nunca me cansaba por nada del mundo, me llamaban la alcalina, y ahora todo se me queda grande.
 
Voy a decir un típico que cada día me parece más real, y es que los años no pasan en valde.  Recuerdo aquellos cumpleaños que te tirabas preparando mínimo una semana para organizar la superfiesta con todos los amigos, como me gustaba, disfrutaba como una enana, y os digo una cosa, lo seguiría haciendo y con la misma ilusión que antes, qué bonito lo veo desde los 42.

La verdad, que este año me esperaba una fiesta sorpresa hecha por mi marido, debido a que en abril cumplió 40 años y yo le organicé una. No fue gran cosa, porque la pequeña me deja un pequeño radio de acción, pero lo poco que hice fue con mucha ilusión. Pero no, otro año más que me quedo sin fiesta sorpresa.                                

De todas formas, la vida no es iguál para nadie. El que no tiene niños, tiene trabajo, está de viaje o simplemente, con la vida de locos que llevamos lo único que quiere es que llegue el viernes y meterse en casa a descansar.
 
Yo soy de las que piensa que hay que tener ilusión en la vida, es lo más bonito que hay y nunca hay que perderla.  Por eso aún teniendo 42 años, con dos niñas pequeñas, estoy deseando quedar con las amigas para salir de la caja un poquito y disfrutar todo lo que pueda. El sábado salimos mi marido y yo a cenar, nos lo pasamos muy bien y teníamos muchas ganas porque hacía un año que no salíamos solos. De vez en cuando hace falta salir con la pareja y revivir viejos momentos, que con tanto niño se nos olvidan muchas cosas.

Así que mi propósito para el año que viene es organizar una fiesta el día de mi cumpleaños para pasarmelo muy bien, revivir viejos tiempos y no quedarme con este mal sabor de boca de sentirme tan mayor como me siento.

Raquel

No hay comentarios:

Publicar un comentario