jueves, 6 de agosto de 2015

Me siento una mujer 10, ¿Y vosotras?

Los fines de semana nos solemos ir con las niñas a desayunar a un centro comercial que hay cerca de casa, que sobre todo en invierno viene muy bien.  Mientras que desayunamos, mi marido suele ver la prensa desde el móvil, cosa que odio, que se ponga con el maldito móvil cuando estamos los cuatro juntos.

Un día me dijo:

     -    En el mundo han escrito un artículo en el mundo sobre ti ¡!

     -    ¿Sobre mí?

     -    Si, cuando estés tranquila en casa léelo y verás cómo sí.

Después de comer, que solemos estar tranquilos, decidí leerlo. La verdad que me esperaba cualquier chorrada, porque a mi marido cuando le da por hacerse el gracioso no hay quien le pare.

Según lo estaba leyendo me sentía completamente identificada, porque:

     -    ¿Dónde quedaron esas duchas y baños dejando la mascarilla del pelo más de cinco minutos?

     -    ¿Y esas cenas que nos hacíamos mi marido y yo con dos platos y vinito?

     -    ¿Y las cremas que me echaba antes de acostarme?

     -    Antes de salir de casa, me ponía mi música preferida para elegir qué me ponía, y me pintaba en el baño tranquilamente. Ahora no, invierto el tiempo en poner a las niñas como un pincel y yo, que siempre me pilla el toro, cojo lo primero que pillo del armario y, casi sin mirarme al espejo, estando pendiente de que no me la líen, me doy una crema de esas que llevan color y punto.

          Hay veces que cuando cojo el ascensor y me miro al espejo me digo a mí           misma;  Hija, demasiado bien que vas para lo que te miras ¡!

     -    ¿Y coger el coche y ponerte la música a todo gas cantando como una loca? Ahora, lo primero que hago antes de montarme, es poner el DVD para ver si consigo que vayan tranquilas el mayor tiempo posible.

    -    ¿Y dónde quedaron los San Viernes? Esos días que me levantaba con una ilusión tremenda deseando que llegara la noche.  Ahora me gustan porque las niñas están cansadas, se suelen dormir pronto y nos dejan tranquilos un poquito de más tiempo.

No tengo ni que decir que a mis hijas las quiero con toda mi alma, pero también pienso algunas veces que hay que quererlas mucho.

Os invito a que leáis el siguiente artículo porque seguro que vosotras también os sentís una MUJER 10:

 
Raquel


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