Todos los años nos gusta irnos 15 días a la playa los 3 solitos, bueno este año los 4. Viene muy bien, tanto para disfrutar de la pareja, como de las niñas, en exclusiva, sin que haya ninguna abuela que las quiera acaparar por completo y tenga que pedir permiso para cogerlas ó jugar con ellas.
Vivimos momentos muy bonitos, de los cuales, el resto del año carecemos de tiempo para dedicarlo a nosotros mismos y a los que queremos.
Recuerdo la noche que salimos de camino a la playa, a las 5 de la mañana. Después del trajín de bajas las cosas de última hora, bajar a las niñas dormidas y conseguir arrancar, me sentía muy feliz. Iba en el asiento de atrás con la mayor dormida, mirando por la ventana al infinito, me parecía irreal ese momento de tranquilidad, y echando la vista un año atrás, me sentía muy afortunada de poder ir de vacaciones los 4 juntitos.
Qué vueltas da la vida, hace un año estábamos con la pequeña en la UVI, no pisamos la playa en todo el verano y ahora lo valoro más que nunca. Dicen que las cosas no se valoran hasta que no se pierden, y es verdad. Luego, con el tiempo se nos olvidan y es una pena, porque nos preocupamos por cosas insignificantes, nos enfadamos por tonterías sin tener en cuenta lo importante, que es tu salud y la de los tuyos.
Hoy es un día lleno de nostalgia, hoy se nos acaban nuestras verdaderas vacaciones. Cada cosa que hago, no dejo de pensar que es la última vez que la hago en ese mágico lugar. Nuestro tranquilo desayuno en esa gran terraza, la playita, el bar donde tomamos el aperitivo, la piscina y esas pedazos de siestas que surgen de vez en cuando.
Llega el momento de la verdad, hay que hacer las maletas. Cuando llega este momento ya se me cae hasta la lagrimilla. Miro a mi marido, le doy un beso y le digo;
- Oooohhhh !!!
y él que es menos sentimental que yo siempre me dice:
- No pasa nada cariño, hay que trabajar más para poder volver.
y en ese momento siempre pienso:
- ¿Será que solo me da pena a mí?
Pero bueno, como eso me pone más triste todavía prefiero no pensar en ello, porque al fin y al cabo tiene razón, hay que seguir trabajando para poder volver a tener estos felices momentos.
Raquel
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lunes, 24 de agosto de 2015
martes, 18 de agosto de 2015
Momentos únicos que se viven en vacaciones
Hoy he vivido un momento especial y me gustaría compartirlo con vosotras.
Hace muchos muchos años, cuando éramos novios mi marido y yo, nos íbamos a pescar las tardes de verano a los acantilados de Benidorm. Nos encantaba, los recuerdo como momentos mágicos.
Yo pescar, lo que se dice pescar, pescaba poco. El pobre montaba las cañas e incluso ponía la lombriz en el anzuelo, vamos que prácticamente lo único que yo hacía era tirar la caña. Eran tardes inolvidables.
Hoy al levantarnos estaba nublado y hemos decidido ir a explorar las playas de los alrededores. Hemos parado en una en la que había bastantes rocas y hemos sacado las cañas. Después de encontrar un buen lugar donde estar cómodamente los cuatro, mi marido se ha puesto a organizar todo para poder pescar con la mayor. Yo me he quedado con la pequeña jugando.
Pero, de repente, nos dimos cuenta que había llegado el momento. La mayor estaba jugando con otra niña aproximadamente de su edad y la pequeña estaba entretenida. Entonces nos quedamos mirando y me dice:
- ¿Quieres tirar la caña?
Volvimos a revivir aquellos momentos mágicos de estar los dos juntos pescando, me sentía como si tuviera 20 años, ¡¡ madre mía, cuántos años han pasado !!, nos miramos y nos dimos un beso.
Después de tanto tiempo, ahora nos pareció más bonito todavía porque, quién nos iba a decir que después de 10 años volveríamos a volver a pescar con nuestra propia familia, con nuestras dos preciosas niñas.
Raquel
Hace muchos muchos años, cuando éramos novios mi marido y yo, nos íbamos a pescar las tardes de verano a los acantilados de Benidorm. Nos encantaba, los recuerdo como momentos mágicos.
Yo pescar, lo que se dice pescar, pescaba poco. El pobre montaba las cañas e incluso ponía la lombriz en el anzuelo, vamos que prácticamente lo único que yo hacía era tirar la caña. Eran tardes inolvidables.
Hoy al levantarnos estaba nublado y hemos decidido ir a explorar las playas de los alrededores. Hemos parado en una en la que había bastantes rocas y hemos sacado las cañas. Después de encontrar un buen lugar donde estar cómodamente los cuatro, mi marido se ha puesto a organizar todo para poder pescar con la mayor. Yo me he quedado con la pequeña jugando.
Pero, de repente, nos dimos cuenta que había llegado el momento. La mayor estaba jugando con otra niña aproximadamente de su edad y la pequeña estaba entretenida. Entonces nos quedamos mirando y me dice:
- ¿Quieres tirar la caña?
Volvimos a revivir aquellos momentos mágicos de estar los dos juntos pescando, me sentía como si tuviera 20 años, ¡¡ madre mía, cuántos años han pasado !!, nos miramos y nos dimos un beso.
Después de tanto tiempo, ahora nos pareció más bonito todavía porque, quién nos iba a decir que después de 10 años volveríamos a volver a pescar con nuestra propia familia, con nuestras dos preciosas niñas.
Raquel
jueves, 6 de agosto de 2015
Me siento una mujer 10, ¿Y vosotras?
Los fines de semana nos solemos ir con las niñas a desayunar
a un centro comercial que hay cerca de casa, que sobre todo en invierno viene
muy bien. Mientras que desayunamos, mi
marido suele ver la prensa desde el móvil, cosa que odio, que se ponga con el
maldito móvil cuando estamos los cuatro juntos.
Raquel
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Un día me dijo:
-
En el mundo han escrito un artículo en el mundo
sobre ti ¡!
- ¿Sobre mí?
- Si, cuando estés tranquila en casa léelo y verás
cómo sí.
Después de comer, que solemos estar tranquilos, decidí
leerlo. La verdad que me esperaba cualquier chorrada, porque a mi marido cuando
le da por hacerse el gracioso no hay quien le pare.
Según lo estaba leyendo me sentía completamente
identificada, porque:
- ¿Dónde quedaron esas duchas y baños dejando la
mascarilla del pelo más de cinco minutos?
-
¿Y esas cenas que nos hacíamos mi marido y yo
con dos platos y vinito?
- ¿Y las cremas que me echaba antes de acostarme?
- Antes de salir de casa, me ponía mi música
preferida para elegir qué me ponía, y me pintaba en el baño tranquilamente.
Ahora no, invierto el tiempo en poner a las niñas como un pincel y yo, que
siempre me pilla el toro, cojo lo primero que pillo del armario y, casi sin
mirarme al espejo, estando pendiente de que no me la líen, me doy una crema de
esas que llevan color y punto.
Hay veces que cuando cojo el ascensor y me miro al espejo me digo a mí
misma; Hija, demasiado bien que vas para
lo que te miras ¡!
- ¿Y coger el coche y ponerte la música a todo gas
cantando como una loca? Ahora, lo primero que hago antes de montarme, es poner
el DVD para ver si consigo que vayan tranquilas el mayor tiempo posible.
-
¿Y dónde quedaron los San Viernes? Esos días que
me levantaba con una ilusión tremenda deseando que llegara la noche. Ahora me gustan porque las niñas están
cansadas, se suelen dormir pronto y nos dejan tranquilos un poquito de más
tiempo.
No tengo ni que decir que a mis hijas las quiero con toda mi
alma, pero también pienso algunas veces que hay que quererlas mucho.
Os invito a que leáis el siguiente artículo porque seguro
que vosotras también os sentís una MUJER 10:
Raquel
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sábado, 1 de agosto de 2015
Me reincorporo!!. Tras una etapa difícil, he decidido volver a ser yo misma.
Hola chicas,
Hace un año y medio, Marta y yo,
en una de nuestras muchas quedadas con nuestros maridos y niños, decidimos
crear este blog. Teníamos muchísima ilusión y un montón de buenas ideas con ganas de ponerlas en marcha enseguida. Yo estaba embarazada de mi segunda hija, pero
al séptimo mes empezaron tal cantidad de problemas que parecían nunca tener fin.
Empezamos a vivir un verdadero
infierno que empezó con un aumento de líquido amniótico descontrolado, una amenaza
de parto prematuro derivando en su correspondiente ingreso en el hospital y
baja médica, posible síndrome de Down (Pese a haberme realizado ya una
amniocentesis en su etapa correspondiente), posibles problemas de corazón en el
bebe, etc…
Finalmente mi hija nació el 15 de
Julio del 2.014 con el síndrome de Pierre Robín y Walk Parkinson White, el
infierno y la pesadilla que estábamos viviendo no se ausentaba de nuestras
vidas. Estuvo dos meses y medio
ingresada en el hospital, no pasamos el verano entre cuidados intensivos y UCI,
debido a que la daban taquicardias y no comía, sólo la conseguimos dar en dos
meses 30 ml por biberón, el resto era por sonda nasogástrica. Al final tuvieron que operarla para hacerla
una gastroscopia y así poder llevárnosla a casa.
Ahora tiene un año, come cada
cuatro horas y cada comida dura una hora y media, si echáis cuentas,
prácticamente es una jornada laboral dándola de comer. Gracias a nuestro esfuerzo y tesón ya come
180 ml de biberón, 150 gr de puré y papilla con la cuchara. Pese a todo estamos
muy contentos de lo que estamos consiguiendo.
Ha sido un año muy muy difícil,
pero yo trato de pensar siempre en positivo porque el problema tiene solución y
algún día este infierno se acabará.
Llevo
un tiempo que me siento adaptada a esta situación, entra dentro de mi rutina
diaria y estoy cansada de sufrir. Tengo ganas de recuperar mi antiguo yo. Yo
era una chica alegre, con ganas de vivir y de pasármelo bien, me reía por todo
y de todo, era feliz.
Me he
dado cuenta que no vale de nada seguir preocupándome porque el problema no se
va a ir de un día para otro, es cuestión de tiempo y paciencia. Así que he decidido en no preocuparme, sino
en “ocuparme” en el día a día, en
recuperar mi antiguo yo y así todo será más fácil para mí y mi familia. Además tengo una preciosa niña de 6 años que
se merece lo mejor.
Así que
como mi antiguo yo tenía mucha ilusión por este Blog he decidido dar un pasito
e incorporarme a él. Espero conseguir
sacar tiempo para compaginar este blog con el trabajo y la familia, y así,
ayudar a Marta, a la cual felicito porque ha hecho un trabajo estupendo.
No
obstante, si alguna de vosotras tiene problemas parecidos y necesitáis un
hombro en el que desahogados, aquí estoy para lo que queráis y os ayudaré en todo
lo que pueda aportar con mi experiencia.
Os
espero en el próximo post.
Disfrutad del veranito que el invierno es muy largo ¡!
Raquel
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